lunes, 16 de junio de 2008

La tribu del cansancio

Me cansan las personas eternamente cansadas. Esas que conocemos, que tenemos cerca. Se van arrastrando por la vida con el saco del cansancio ajeno. Nunca las verás estresadas ni apuradas por nada. Sólo de pensarlo se cansan. No tienen grandes preocupaciones ni contratiempos, pues sólo imaginarlos les provoca ese cansancio infinito que imprime a su vida un ritmo tedioso y amargado. Llevan el peso acumulado de los cansancios prestados.
Vienen de vuelta, con paso cansado, ya no se preocupan por nada porque nunca se han preocupado. Vomitan esa letanía cansina y repetida del "nopuedoconmivida". Están asqueadas y aburridas por la inmovilidad permanente que desde siempre está, tozudamente, instalada en sus vidas.
Invierten gran parte de su tiempo en espectaculares campañas publicitarias para vender su cansancio secular, acumulado tras largos años de entrenamiento diario. Critican con vehemencia a quien trabaja, se compromete o se divierte. Estas personas son hábiles en las distancias cortas. Si no estás alerta, te parasitan hasta el aliento. Te inoculan el virus del hastío y del aburrimiento. Siempre están ofendidas y enfadadas porque no reciben el reconocimiento merecido por los servicios prestados durante tantos años de rudo e intenso ejercicio dedicado a cultivar, con intensidad, esa atávica e inmemorial flojera por la vida, las amistades o el trabajo.
Las personas eternamente cansadas me disparatan, me enervan y sobre todo me cansan infinitamente. Lo dejo... estoy terriblemente cansada...

2 comentarios:

  1. No había visto lo de ésta tribu.jejeje. Me ha encantado, de verdad, e incluso me ha recordado a alguien que conocemos en común.
    Te aconsejo que no te canses de ese cansancio, ni siquiera te tomes la molestia de percibirla.
    Besos... Violeta.

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  2. Gracias, querida amiga por tu comentario

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