lunes, 25 de abril de 2011

Encadenando pelis...


Se apeó de Un tranvía llamado deseo para bailar de manera Salvaje, El último tango en París. Con su Rostro Impenetrable y cumpliendo La ley del silencio, se enfrentó a la Jauría humana, gritando. ¡Viva Zapata!

Mientras esto ocurría La condesa de Hong Kong provocó una Rebelión a bordo y tuvo que desembarcar en La isla del doctor Moreau. Los recibió El Padrino, invitándolos a una Queimada y presentándoles a Un par de seductores que habían organizado El baile de los malditos. La fiesta se celebró en la Casa de té de la luna de agosto. Entre los invitados se encontraban Superman, Julio César y Cristobal Colón.

Al despedirse pronunció una única palabra: Sayonara.