viernes, 4 de julio de 2008

Una fama bien ganada (Capítulo V)



Al final de la mañana se encuentra, como ayer, en la Jefatura de Estudios delante de María. Jonatan jura “por su hermano chico” que no ha hecho nada, que la tienen tomada con él, pide que le lleven allí a quién se ha chivado para que lo acuse delante de él: No he sido yo quién le he robado el anillo a ese niño. Que me lo diga a mí a la cara -protesta de forma airada cuando María le informa de lo que se le acusa. Ésta le pide que le dé el nombre del chico que lo acompañaba, ya que el estudiante de primero al que le han robado el anillo no lo ha reconocido. Le dice que sabe que ha hecho rabona de la clase de Inglés y que estaba con otro escaqueado en los servicios de niños cuando ha ocurrido el incidente. Jonatan acaba reconociendo que estaba escondido en los servicios y que había otro chaval allí con él, pero niega que él haya sido el que le ha quitado el anillo al niño de primero y que no dirá el nombre del otro porque él no es un chivato. Aprieta los labios y los dientes para evitar que las palabras que María desea escuchar puedan salir por inercia de su boca, frunce el entrecejo como un inocente ofendido y entrecruza los brazos enrocado en su posición frente a las palabras de María. Ésta lo amenaza con llamar a su madre y con reunir a la Comisión de Convivencia del instituto que sólo se reúne para los casos más graves y que es como un tribunal en el que están representados los padres, los alumnos y los profesores. De repente, el gesto hosco y ofendido que hace unos minutos dominaba la cara de Jonatan se transforma en una expresión apenada, sembrada de mohines y pucheros. Es otra persona diferente. María vuelve a sentirse conmovida por las expresiones y palabras de Jonatan cuando le pide que no hable con su madre porque está ingresada en el hospital y se llevará un gran disgusto. Jura y promete, como otras veces, que es inocente y que va a pagar por algo que él no ha hecho. Le reprocha que como tiene la fama ganada cualquier cosa que ocurra se la adjudican a él “por la cara”.
Relato corto: El sol negro
Escrito por Martín Amodóvar

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