viernes, 16 de mayo de 2008

Capítulo I: La carta (Violetas con historia)

Como todos los días, mi querido Martín Almodóvar antes de entrar en casa, abrió el buzón de correos para recoger las cartas recibidas. Entre toda la propaganda, facturas y papelorio inútil que se encuentra en un buzón, había una carta dirigida a la atención de las hermanas Turpin. Era de una tal Olivia Menta. Martín levantó una ceja y yo la otra. Ni idea. No recordaba a nadie con ese nombre. Con cierta curiosidad, abrí el sobre. Me sorprendió su delicada y perfecta caligrafía, casi infantil. Recordé las aburridas e interminables horas que pasaba en la escuela, rellenando aquellos horribles Cuadernos Rubio que tanto le gustaban a la señorita Martirio.
La carta era breve. Ocupaba apenas una cuartilla y encandilada como estaba con si visión, la voz de Martín me rescató de mi embelesamiento. Me preguntaba por el contenido de la carta y articulé una disculpa, explicando que había tenido un secuestro emocional con la señorita Martirio. ¿Señorita Martirio? La cara de Martín era de Violetasetevalaolla...
Por fin, me decidí a sentarme en el sofá y juntos iniciamos la lectura de la carta:

7 de Abril 2008

Estimadas Violeta, Gardenia y Loto Turpin:

Espero que al recibo de esta carta os encontréis con buena salud, yo a Dios Gracias, me encuentro bien, aunque no sé por cuanto tiempo, dada mi avanzada edad.
Imagino la extrañeza que os provocará el contenido de esta carta. Soy Olivia Menta, amiga y camarada de vuestra abuela Violeta Arbós. Ambas militábamos en el colectivo AUM.
Antes de morir, Violeta me eligió como depositaria de su testamento. Vosotras sois las únicas beneficiarias. Para haceros entrega del legado de vuestra abuela, os propongo una reunión en la sede del AUM. Para preservar el anonimato de este colectivo, os ruego que os pongáis en contacto conmigo a través de este teléfono 765346512 y podremos concertar una cita.
Espero, emocionada, vuestra llamada.
Se despide con cariño,

Olivia Menta

A cuadros, me quedé a cuadros ¿La abuela Violeta? ¿Militante? ¿Camarada? ¿AUM?. Alucinante. Estaba desconcertada.
Decidí llamar a mis hermanas.

1 comentario:

  1. Te dejo una semilla para cuando quieras, guárdala en una cajita...

    Gardenia odiaba su nombre desde pequeña, no soportaba escucharlo, ni siquiera su propia progenitora la llamaba así porque a ella tampoco le gustaba.

    Fue objeto de burla en el colegio y también más adelante, llegó a hacer ver que ese no era su nombre. Hasta que pasado el tiempo, mucho tiempo, pudo reírse de ella misma y, además, jocosamente...

    Por cierto, sigue ¡por Dios, la Virgen, la ONU o el AUM! o lo que tú quieras, pero ¡ya! Que me tienes en ascuas.

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