¡Qué bonitos son los "tupperware"!
¡Y qué útiles! Sí, sí son los más. Siento una atracción fatal. Lo confieso. Vas
a una gran superficie y... ¡Ay! Te acuerdas de que te hacen falta esas cajas
que se han convertido en imprescindibles en cualquier hogar, dulce hogar. Me
sitúo frente a esas enormes estanterías repletas de esas cajas mágicas y el
tiempo no existe...
Los hay alargados, redondos, cuadrados, ovalados (esos son los más
puñeteros para las croquetas) grandes, pequeños, medianos , "mini". Y
que me decís de las tapaderas, un puntazo: rojas, azules, de lunaritos, de
rayas, de flores, transparentes...
Si es que un "taper" sirve para todo. Te sobra parte de un pucherito, al taper; que
no sé dónde meter los tornillitos que me sobran del mueble de Ikea, al taper;
que llevas en el bolso tres bolígrafos, catorce rotuladores, dos trozos de goma
cutre, un sacapuntas, pues al taper estrechito y alargado, tapa psicodélica y serás
la envidia de cualquier reunión maestril; que te cabreas con el político de
turno pues te afilias a un grupo clandestino de lanzamiento de "tapers"
y le das salida a tu espíritu revolucionario.
Pero lo que más me gusta son las posibilidades de orden y
almacenamiento intrínseco de los "taper". Es un invento de la
ingeniería actual. Son apilables, unos dentro de otros, por tamaños, por
colores... Yo en esto del orden, ya me conocéis, tengo cierta dificultad... Los
tengo todos colocados en esas magníficas esquinas que tenemos en las cocinas
con puertas desplegables. Esos muebles "esquineros" donde el brazo nunca es lo suficientemente
largo para llegar a ese rincón lleno de polvo. Esas esquinas "muy
prácticas", dice el instalador de la cocina, con una especie de círculos a
los que le falta un "quesito" y que cuando te dispones a limpiar el "rincón
maldito" puedes quedarte atrapada entre el círculo superior y el interior.
Me explico:
1. Introduces la cabeza entre los dos círculos. Durante este primer
intento, estiras la mano pero no llegas. Empiezas a lanzar la bayeta hacia el
rincón maldito, pero nada. Reflexionas con la cabeza entre los dos círculos. ¡Ah!
Si me ayudo con el mago del cucharón y empujo la bayeta hacia el rincón... Intentas
sacar la cabeza y tu pelo queda enganchado en el círculo superior. Dices
algunos improperios, te acuerdas del clero, pero sales victoriosa.
2. Segundo intento: Vuelves a introducir la bayeta, el mango del
cucharón y la cabeza, en este orden. Inicias la maniobra intimidatoria y te das
cuenta que hay una tapadera de ese "taper" que acabas de tirar...
Intentas cogerla, metiendo la mano debajo del círculo inferior pero no llegas.
Te desesperas e inicias la retirada. Pero...
llevas un anillo que se enchancha entre las rejillas de ese maldito círculo giratorio. Levantas la
cabeza, te golpeas con el círculo superior en el que se te ha vuelto a
enganchar el pelo y... mal que te pese, porque sabes que te expones al escarnio
del resto de los habitantes de la casa, pides ayuda. El cachondeo posterior evito
comentarlo.
3. Desisto de la limpieza del rincón maldito y reflexiono sobre el
derecho a la vida, ahora que está tan de moda, y digo yo que el polvo es un
organismo en potencia que necesitará existir, no vaya que algún iluminado me
excomulgue.
Ya, ya sé que estoy un poco dispersa, pero es que he tenido una visión
terrorífica del mueble esquinero.
Bien sigamos con los "taper". Lo que no logro entender es si
cada "taper" tiene su tapadera: ¿Por qué siempre hay "taper"
sin tapadera y tapaderas sin "taper"? ¿Qué misterioso proceso se
produce en nuestras cocinas que no alcanzo a vislumbrar?
A lo mejor a las tapaderas no les gusta su función represora. Es que
es triste estar ahí aprisionando y privando de libertad toda una vida. Quizás deciden
escaparse en busca de una vida mejor. La verdad es que en mi casa, lo
consiguen.
No sé, llevo dándole vueltas a este asunto y sé que no estoy sola. Somos
miles de personas las que estamos afectadas por esta situación. ¿Qué tal si
creamos una página en el "frisbú"? Aunque me han comentado que las
tapaderas se han organizado y han creado un colectivo con su página y todo,
donde exponen y defienden su situación. Algo así como "Tapaderas en
lucha".
En fin, os dejo ahí con estas dudas existenciales que me atormentan.
Sí, necesito ayuda. Hola, me llamo Violeta y soy adicta a los "tapers".