Era un viejo cuaderno, con las tapas de cartón azul. Con la mirada puesta en el vestíbulo de la estación, una mano dentro del bolso y el corazón en la boca, abrió el cuaderno y tocó lo que parecía una foto. Con disimulo y sin dejar de mirar lo que ocurría a su alrededor, pasó la foto del cuaderno a una de las revistas que había comprado.
Tenía el color sepia de las fotos antiguas. Una pareja de jóvenes posaba en bañador. Sonrió. Le dio la vuelta y en un sello algo borroso, pudo leer: Estudio Fotográfico Fotos Tamarit, Barcelona.
Ella no tendría más de veinte años. Llevaba un bañador, seguramente azul con rayas blancas que rodeaban las mangas, el cuello y el dobladillo, él era quizás algo mayor, alrededor de los treinta. Acababan de bañarse. Tenían los pies mojados y llenos de arena. Los bañadores se pegaban a sus cuerpos.
Levantó la vista de la foto, dio un vistazo rápido a la estación y respiró. No había nadie cerca. Observó la foto detenidamente y descubrió unas palabras escritas con tinta ya algo borrosa. Puedo leer:
“Nuestro primer baño en el mar"
Junio 1936”
Guardó la foto y se sintió mal. Pensó que estaba profanando la intimidad de esas personas. Se levantó y se dirigió hacia la cafetería donde encontró el cuaderno, pero estaba ya cerrada. Sus ojos inquietos buscaron entre las pocas personas que ya quedaban en la estación. Nadie parecía estar preocupado por haber perdido algo. Buscó entre las personas más ancianas, escrutando sus facciones por si encontraba algún parecido con la pareja de la fotografía. Nada.
Su mente se debatía entre entregar el cuaderno en la oficina de objetos perdidos o definitivamente decidirse a abrirlo y leerlo.